Un hallazgo paleontológico de proporciones épicas ha sacudido el mundo de la ciencia en Colombia. En las profundidades de la «fábrica de fósiles» de Zapatoca, Santander, científicos colombianos han desenterrado la pieza clave que reescribe la historia de los depredadores marinos en el país: una vértebra fosilizada de un pliosáurido, un gigantesco reptil marino que dominó los océanos hace la asombrosa cifra de 135 millones de años. Este descubrimiento no solo es un récord nacional, sino que también ofrece una ventana invaluable a un mundo oceánico tropical mucho más antiguo de lo que imaginábamos.
Un Viaje al Cretácico Inferior: Cuando Colombia Era un Mar
El fragmento óseo, una vértebra crucial, pertenece a un pliosáurido que vivió durante el período del Cretácico Inferior, específicamente en la etapa del Valanginiano tardío. Para poner esto en perspectiva, la mayoría de los registros de estos temibles reptiles en Colombia provenían hasta ahora de la famosa región de Villa de Leyva, Boyacá, y databan de hace unos 115 millones de años. El nuevo fósil de Zapatoca, con sus 135 millones de años, retrocede el reloj 20 millones de años, posicionándose como el registro más antiguo de pliosáuridos no solo en Colombia, sino en todo el norte del supercontinente de Gondwana.
«Este es un descubrimiento que cambia el juego», afirma el Dr. Javier García Guerrero, director de Investigación en UNIAGRARIA y líder del equipo de investigación. «Nos muestra que estos colosales depredadores ya estaban presentes en nuestros mares mucho antes de lo que pensábamos, abriéndonos la puerta a nuevas preguntas sobre su evolución y dispersión».
El Depredador Alfa de su Época: Conozca al Pliosaurio
¿Quiénes eran estos titanes marinos? Los pliosáuridos eran un tipo de plesiosaurio, pero con características distintivas que los convertían en el terror de los océanos. A diferencia de sus primos de cuello largo, los pliosaurios tenían un cuello corto y robusto, coronado por una cabeza desproporcionadamente grande y poderosa. Sus mandíbulas, armadas con hileras de dientes afilados y cónicos, eran una máquina de matar diseñada para triturar huesos y desgarrar carne.
Eran los superdepredadores indiscutibles de su tiempo. Su dieta incluía una variedad de presas: desde peces y tiburones hasta tortugas marinas y, en ocasiones, incluso otros plesiosaurios de menor tamaño. Su tamaño estimado, basado en vértebras similares de otras especies de pliosaurios, sugiere que podrían haber alcanzado varios metros de longitud, lo que los convertía en una fuerza imparable en el ecosistema marino prehistórico.
La Importancia de un Fósil Milenario
Este hallazgo va más allá de ser un simple récord de antigüedad. Proporciona información crucial para varias ramas de la paleontología:
- Paleobiogeografía: Ayuda a entender cómo se distribuían estos grandes reptiles marinos en el pasado, revelando las rutas migratorias y los entornos marinos tropicales en los que prosperaban. Es una pieza clave para reconstruir el mapa biológico del Cretácico temprano.
- Evolución: Ofrece nuevas pistas sobre la evolución de los pliosaurios, especialmente durante la compleja transición geológica entre el Jurásico y el Cretácico, un período de grandes cambios climáticos y biológicos.
- Ecosistemas Marinos: Permite a los científicos comprender mejor la estructura trófica y las interacciones entre las especies en los antiguos ecosistemas marinos tropicales, donde el pliosaurio era el ápice de la cadena alimenticia.
Un Esfuerzo Colaborativo y una Cuna de Fósiles
El estudio de esta vértebra fue el resultado de un arduo trabajo colaborativo. Fue liderado por investigadores de la Fundación Universitaria Agraria de Colombia (UNIAGRARIA) y la Universidad del Rosario, con el apoyo y la experiencia de instituciones internacionales de renombre como el Smithsonian Tropical Research Institute y el Field Museum of Natural History. Este tipo de colaboraciones son esenciales para llevar a cabo investigaciones de esta magnitud y asegurar la validez y el alcance global de los descubrimientos.
Los resultados detallados de esta investigación han sido aceptados para su publicación en la prestigiosa revista internacional Cretaceous Research, lo que subraya la importancia y el rigor científico de este hallazgo.
Actualmente, la valiosa vértebra fosilizada está custodiada en la colección paleontológica de la Universidad del Rosario, en Bogotá, donde seguirá siendo objeto de estudio y admiración para futuras generaciones de científicos y entusiastas.
El municipio de Zapatoca, Santander, con este nuevo hallazgo, reafirma su estatus como un verdadero «mar de fósiles». La región ya ha sorprendido al mundo con descubrimientos de tortugas marinas, tiburones prehistóricos, cocodrilos marinos e incluso reptiles voladores como los pterosaurios. Cada roca, cada estrato de tierra en Zapatoca, parece guardar un secreto del pasado, y este pliosaurio de 135 millones de años es el último y más emocionante capítulo de esa fascinante historia.
Este descubrimiento no solo llena un vacío crucial en nuestro entendimiento de la vida prehistórica en Colombia, sino que también nos recuerda la increíble riqueza geológica y paleontológica de nuestro país, un tesoro que aún guarda innumerables secretos por revelar.